El cáncer oral es un tumor maligno que afecta cualquiera de los tejidos de la cavidad oral, incluyendo los labios, la mandíbula superior o inferior, la lengua, las encías, las mejillas y la garganta.
Algunos de los síntomas del cáncer oral pueden ser:
Los efectos del cáncer oral sobre el habla y la deglución (tragar) dependen de la ubicación y el tamaño del tumor. Por ejemplo, una llaga o un bulto en los labios puede limitar el movimiento de los mismos. Esto podría tener como resultado que no se pronunciara con claridad los sonidos labiales como /p/, /b/ y /m/. Las limitaciones del movimiento de los labios pueden también reducir la habilidad de la persona para mantener la comida en la boca al comer. El cáncer de la lengua puede causar problemas con algunos sonidos como /l/ y /r/. Puede también limitar la capacidad de mover la comida en la boca o empujarla hacia la garganta al tragar. Un tumor en el cielo de la boca (paladar blando) o en la garganta puede alterar el timbre nasal de la voz.
Los resultados de la cirugía dependen de la ubicación y el tamaño del tumor canceroso. Otros factores importantes incluyen la cantidad de tejido extirpada durante la cirugía, la frecuencia del tratamiento del habla y la deglución, y la motivación del paciente.
En algunos casos se puede restaurar la función oral a niveles próximos a los normales con cirugía plástica reconstructiva o con el uso de aparatos prostéticos.
Los dentistas y los médicos son con frecuencia los primeros en notar los síntomas de cáncer oral durante las visitas rutinarias. Los patólogos del habla y el lenguaje (también llamados en español logopedas, fonoaudiólogos, terapeutas del habla o foniatras) también identifican los tejidos de apariencia anormal o fuera de lo común durante los reconocimientos de la cavidad oral y envían al paciente a consultar al profesional indicado según se dé el caso.
Los patólogos del habla y el lenguaje son importantes miembros del equipo de diagnóstico y tratamiento del cáncer. Además de brindar tratamiento, efectúan evaluaciones, tanto antes como después de una intervención quirúrgica.
Se utiliza pruebas estandarizadas de articulación (de los sonidos del habla) para evaluar con cuánta claridad habla la persona. Para determinar la cantidad de aire que escapa por la nariz, el patólogo del habla usa destrezas críticas de atención oral para analizar y describir los patrones de resonancia. En ocasiones, se utilizan radiografías o instrumentos especiales para evaluar los problemas de nasalidad.
Si la persona tiene problemas al tragar, se puede recomendar pruebas adicionales. Estas pruebas pueden incluir un tipo de radiografía o estudio de la deglución utilizando bario, o una evaluación endoscópica en la que se inserta un pequeño tubo de fibra óptica por la nariz y a través de la parte trasera de la garganta.
Para comunicarse con un patólogo del habla y el lenguaje, visitar ASHA ProFind.
Es muy importante que el patólogo del habla y el lenguaje efectúe la evaluación y el tratamiento para que el paciente pueda recuperar la inteligibilidad al hablar y la capacidad de tragar.
El tratamiento con frecuencia incluye ayudar al paciente a acostumbrarse a las diferencias en el tamaño, la forma y las sensaciones en la boca. El patólogo del habla también enseña a la persona a producir con mayor claridad los sonidos del habla. Los ejercicios orofaciales ayudan al paciente a ejercer mejor control sobre los músculos debilitados de la garganta o del paladar y corregir los problemas de nasalidad.
El tratamiento para los problemas de deglución puede variar desde simples cambios en la solidez de los alimentos hasta ejercicios para fortalecer los músculos orales debilitados o incluso el aprendizaje de formas de tragar completamente nuevas. En muchos casos, se puede detectar una mejora una vez trascurridos varios meses.
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